Un Viaje a La Tortuga
Casi 5 horas de travesía, saliendo desde Carenero al despuntar el día. Como compañeros de viaje puro horizonte marino y una que otra gaviota, retándonos y superándonos. Las primeras dos bamboleo por los cuatro costados. El yate está decorado con Picassos. No es casual. Subliman nuestro desdoble geométrico producto del oleaje... No corran riesgos: apastíllense contra el mareo.
Ya se avista el faro. No discrimina...al igual que la Virgen del Valle que protege tanto a los peñeros como a los yates. Acampamos en Cayo Herradura, justo frente a La Tortuga; sobre una arena blanquísima y un peladero de chivos.. con un par de chivos.
El Faro
La Playa
La Tortuga
El agua es inmaculada, transparente y de quietud abismal con tornasoles de azules donde predomina el turquesa. La brisa perenne aplaca el implacable sol y espanta las nubes de una bóveda celestial de azul infinito. El Cayo se recorre de punta a punta en menos de media hora. En un extremo se encuentra la piscina marina y el “Museo de Conchas”, y en el otro el encuentro de las aguas sobre un manto de arenas.
La bahía está colmada de yates y uno que otro operador turístico que hace la Tortuga más accesible. Unos se acomodan en camarotes, otros en carpa. Contrastan los peñeros y la presencia humana migratoria de unas exiguas rancherías de pescadores. De noche tienden las redes. Si los peces no aparecen, salen los cordeles y hasta los arpones. De día hay zurcido con las cuatro extremidades. Los turistas están bronceados, los pescadores curtidos.
Vista de la Isla
Vista de la Isla
Vista de la Isla
Los peñeros se mentan: Continente, Er travieso Pablo, Roberto, El Rafucho, Las Gemelas, Yaknimar, Comandante, Amiga Tortuga, Apártate, Pelusa y Virgen del Valle. Los yates: Malacrianza, Dejavu, Incognito, Sagalaris y Blue Ocean. La gente trae problemas de logística que hay que atacar a tiempo para no perder el frágil equilibrio de El Paraíso. No hay baños. ¿Porque no se exigen los portátiles? Ya empezaron a surgir ranchos sin gusto...donde se cocina para los turistas. La basura también es un problema. Hay que educar para que la gente se lleve su basura, así como hacer operativos para lo heredado.
A pesar de estar rodeados...El pescado es escaso...no hay quien lo saque. Con presión monetaria es posible conseguir hasta langosta. Demasiado pan y pasta. Solo el desayuno nos regala cazón. Estamos resguardados por la guardia costera. Se siente seguridad noche y día. La música de los yates acalla la mar. Comienza la guerra de yate..tecas. Todos estamos invitados. No es posible aislarse. Bailamos como cofradía en agua y arena. El atardecer nos abruma de rosa y naranja y un sol que ebulle sobre un mar en plata. Al caer la noche luces de colores colorean la pista salina, y sigue la rumba sumergida.
Atardecer
Las Carpas en la playa
Agua y arena
Finalmente apareció el pescado. Nos vamos con el sabor del corocoro frito, con tostones y ensalada rayada. El Paraíso se aleja, pero siempre estará a una pocas leguas… marinas.
Relato y fotos de Gerardo Antoni (gAt)


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