Historia y Personajes

La Campaña Electoral Presidencial de 1897

José Manuel Hernández candidato presidencial
José Manuel Hernández candidato presidencial

En términos generales, los procesos electorales representaron durante todo el siglo XIX venezolano momentos de gran agitación política, ya que a pesar que en algunos casos las elecciones sirvieron como mecanismos para dar legitimidad al poder conseguido de hecho por parte de los caudillos, las derrotas sufridas por éstos en la lucha eleccionaria fueron también la excusa para el estallido de múltiples movimientos insurreccionales. En tal sentido, el binomio revolución-elección fue una relación que estuvo presente a lo largo de todo el siglo XIX, y que fue la expresión de la debilidad estructural de un Estado que no pudo garantizar que el sistema electoral funcionara como un medio de ruptura con las estructuras de poder preexistentes. Es en esta dinámica degenerativa de los procesos de selección-elección de las autoridades públicas, que se inserta la campaña electoral presidencial de 1897, la cual representa el último intento por consolidar un sistema político legítimo y estable en la Venezuela finisecular.

La sucesión presidencial de Joaquín Crespo para el período presidencial 1898-1902, generó a comienzos del año 1897 el inició de la discusión en el seno de organizaciones políticas como el Partido Liberal Amarillo, el Partido Liberal Nacionalista y el Partido Popular entre otras, del candidato presidencial que disputaría los comicios a celebrarse entre el los días 10 y 12 de septiembre de ese mismo año. En este primer momento llegaron a manejarse los nombres de por lo menos 27 candidatos, entre quienes figuraban Ignacio Andrade, José Manuel Hernández (el mocho), el doctor Juan Pablo Rojas Paúl, Francisco Tosta García, Claudio Bruzual Serra e incluso el propio general Antonio Guzmán Blanco, quien alejado del país pretendía todavía manejar los hilos de la política venezolana. A pesar de la gran cantidad de nombres que un comienzo fueron lanzados al ruedo de la discusión política, finalmente fueron las candidaturas de Ignacio Andrade (candidato del oficialismo) y la de José Manuel Hernández las que tuvieron la opción real de ganar las elecciones de 1897.

Para el proceso electoral de 1897 se rescató un ideal que durante todo el siglo XIX venezolano tuvo avances y retrocesos en su aplicación: el sufragio universal, directo y secreto del presidente de la República. En tal sentido, en el segundo mandato presidencial de Joaquín Crespo (1892-1894) se promulgó la Constitución de 1893 en la que se establecía en su artículo 13 que los diputados, senadores y el Presidente de la República se elegirían mediante el sufragio universal, directo y secreto. Asimismo, esta ampliación de los derechos políticos de los ciudadanos contrastaba con el período previo comprendido entre 1881-1890, en el que la Constitución Suiza estipulaba que sólo 19 personas integrantes del Gran Consejo Federal tenían derecho a escoger al primer magistrado de la nación. No obstante, a pesar que el restablecimiento del sufragio popular, directo y secreto representó un avance formal de los derechos políticos, no consolidaba de manera definitiva el sufragio universal al otorgar el voto a los mayores de 21 años, pero dejar en una especie de vacío legal el derecho de la mujer a participar en la elección del Presidente de la República y demás autoridades nacionales, regionales y locales.

Con miras al proceso eleccionario de 1897 los distintos candidatos presidenciales iniciaron a mediados de ese año, una campaña electoral que puede ser vista como la antecesora de las campañas electorales modernas en Venezuela, ya que durante el desarrollo de la misma se llevaron a cabo las primeras giras de alcance nacional, se organizaron mítines populares (de hecho se hace común el uso del vocablo inglés meeting, para referirse a dichas concentraciones políticas) y se difundieron afiches e imágenes de los distintos candidatos presidenciales. De todos los candidatos presidenciales, destacó la figura de José Manuel Hernández ya que el mismo desarrolló una interesante y novedosa campaña electoral caracterizada por la implementación de técnicas electorales tales como las concentraciones públicas, la difusión de imágenes y botones relacionados con su candidatura, la captación de votos mediante el envío de cartas de corte personalista y la visita puerta por puerta. Asimismo, en el marco de esta contienda electoral se expandieron de manera notable las instancias como los partidos políticos, medios de comunicación, desde las cuales se promovieron las diversas opciones candidaturales. Como muestra de lo anterior, tenemos que durante este proceso se publicaron en Venezuela 296 periódicos electorales. Aunado a lo anterior, tenemos que el cuerpo electoral nacional (personas capacitadas legalmente para ejercer su voto) para las elecciones presidenciales de 1897 fue el más numeroso de la historia republicana del siglo XIX, calculándose el mismo en aproximadamente 409.306 electores equivalentes a un 17, 6 % de la población (en promedio el cuerpo electoral nacional se ubicó durante todo el siglo XIX en 10% de la población total). En definitiva, como consecuencia de todos estos aspectos antes mencionados, la campaña electoral presidencial de 1897 se convirtió en un proceso de carácter nacional y masivo.

Aunque el presidente saliente Joaquín Crespo garantizó en principio el respeto al libre desenvolvimiento de la propaganda electoral durante el año de 1897, a medida que fue aproximándose el tiempo de las elecciones, se comenzaron a producir denuncias de parte de los candidatos de la oposición sobre la presión del sector gubernamental sobre sus partidarios. En tal sentido, José Manuel Hernández señaló que muchas de las concentraciones a favor de su candidatura fueron obstaculizadas por el gobierno mediante maniobras tales como la recluta, hecho que de alguna manera inhibió la libre participación de la población en el proceso electoral. Por todo esto, el clima político que imperó momentos antes y durante las elecciones de 1897, se caracterizó por una gran tensión política que tuvo su punto culminante cuando el mocho Hernández impugnó los resultados de dicha contienda al perder ante el candidato del oficialismo Ignacio Andrade por un amplio margen: Ignacio Andrade 406. 610 votos, José Manuel Hernández 2.203. En definitiva, el hernandismo aduciendo fraude en las elecciones de 1897 se alzara en armas el 2 de marzo de 1898 en la llamada Revolución de Queipa, la cual dará inició a un espiral de violencia que culminará el 23 de octubre 1899 con el triunfo de la Revolución Liberal Restauradora acaudillada por Cipriano Castro, hecho que implicará la salida tanto de Ignacio Andrade como del liberalismo amarillo del poder, así como el comienzo de un nuevo ciclo político para Venezuela, en el que el sufragio universal, secreto y directo, no tendrá cabida.

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