Los promeseros de los diablos de Naiguatá

Rezando antes de hacer el recorrido

Después de la misa de Corpus Christi los diablos, hasta ese momento alejados de la iglesia, llegan en masa cuando son llamados por las doce campanadas de la iglesia y el toque de la caja (el tambor). Se congregan frente a la iglesia y comienza la peregrinación de rodillas de los promeseros de unos 30 metros.

Promesero con máscara de pájaro

Promesero en su recorrido

Los promeseros ofrecen a Dios su sufrimiento haciendo el recorrido de rodillas. Algunos se apoyan también con las manos, otros requieren la ayuda de un familiar o un amigo que los acompaña en este recorrido.

Rezando durante una pausa en el recorrido

Una pausa en el recorrido

Impresiona la fe de estos promeseros, la concentración que tienen desde el principio hasta el final del recorrido. También se siente el sufrimiento de algunos de ellos (en especial los menos jóvenes) durante este duro recorrido.

Recorrido en pareja

Asistencia de familiar

Mientras unos diablos van acercándose de rodillas a la iglesia, otros van bailando a su alrededor.

Al final del recorrido llegan a las escaleras del iglesia donde rezan y piden o agradecen por los favores solicitados.

La llegada, en la entrada de la iglesia