Guías de Viaje

Excursión al Roraima

La subida al Roraima es una de las excursiones más maravillosas que se pueden hacer en Venezuela. Te invitamos a comprobarlo en esta narración


Viaje al Roraima: Narración de una excursión organizada por Venezuelatuya y Akanan Tours


Habíamos planificado salir de Santa Elena de Uairen a las 7:30 AM, pero con el retraso que había sufrido el autobús, solo pudimos hacerlo a las 10:00 AM.


Tomamos el camino hacia el norte por una carretera asfaltada, y luego de pasar la alcabala de San Francisco de Yuruani, seguimos por una carretera de tierra hacia el Este, hasta llegar a la aldea de Paraitepuy, en donde nos esperaban los porteadores.


En la aldea de Paraitepuy se hizo el proceso de pesado, ya que dada uno de los porteadores toma hasta 15 kilogramos de carga, además del peso de sus efectos personales.


Después de tomar la foto de todo el grupo, con nuestro objetivo al fondo, empezamos la marcha a la 1:45 PM, quince minutos antes de la hora máxima de salida.


El camino es a través de una sabana, excluyendo unos bosques de galería, en los que se debe atravesar unos riachuelos, sin mucha dificultad. La vista de los tepuyes al fondo es espectacular.


Uno de los tepuyes más bellos es el Kukenán. Tiene una caída de agua interrumpida (está solo cuando ha llovido) de 610 mts. que la hace la segunda más grande del mundo, después del salto Ángel.


No deja de asombrar, la capacidad de carga de los porteadores pemones. No les gusta usar su morral, sino los 'guayares', unas cestas hechas por ellos mismos, de gran capacidad, en las cuales amarran toda la carga.


Después de unas 4 horas de caminata, casi al anochecer, llegamos al campamento del río Tek, donde nos esperaban las carpas hechas. Fuimos inmediatamente al río para tomar un baño, muy frío pero agradable. Una pequeña caída de agua le brinda masajes a quien lo desee y pueda aguantar la temperatura.


Día 2: Nos despertamos muy temprano para disfrutar de la belleza del paisaje con la luz del amanecer y para no tener que subir la cuesta con demasiado sol. A las 7:30 salimos hacia la base del Roraima.


La primera emoción fue la cruzada del río Tek. Como no hay puente, hay que cruzar caminando y mojándose las piernas hasta la rodilla, con mucho cuidado de no resbalar sobre las rocas. Allí se recomienda usar zapatos de agua, o sencillamente medias gruesas.


Después de una pequeña subida, en donde se está construyendo una pequeña capilla, en el lugar donde se inició la evangelización de la zona, viene la bajada al río Kukenán.


El cruce del río Kukenán es aún más difícil que el del río Tek. Se hace justo, justo en el lugar donde recibe uno de sus afluentes. Cuando la corriente está muy fuerte, hay una pequeña curiara (canoa) para ayudar en el paso. Sin embargo, aprovechamos este momento para un delicioso baño de agua fría.


Después del baño, nos pusimos de nuevo los zapatos e iniciamos una larga caminata de 4 horas para subir de 1060 mts a 1840 mts, en lo que se llama el campamento base. La vista es espectacular, tanto hacia delante, donde nos espera el Roraima, cada vez más cerca, como hacia la izquierda, donde está el Kukenán, y hacia atrás en donde se puede apreciar el camino recorrido.


Finalmente, llegamos al 'campamento base', el cual está ya bastante cerca de la pared del Tepuy. Hay una choza indígena y muy cerca hay un riachuelo en donde se puede tomar agua o un baño.


Día 3: Salimos del 'campamento base' un poco tarde, a las 8;30 AM. Después de bajar durante unos dos o tres minutos y cruzar el riachuelo empieza una pendiente muy fuerte, en la cual hay que ayudarse a subir con los brazos. La vegetación se vuelve muy espesa, estamos en lo que se llama el bosque nublado de talud.


Allí también empieza la fascinación con la flora del lugar, en particular con los helechos, las flores y el musgo.


La vista hacia la sabana es bellísima. Uno se entretiene reconociendo los lugares por donde se ha pasado: El campamento base, el río Kukenán, la capilla y a los lejos el Paraitepuy. A cada paso, uno se va acercando a la ansiada pared. Después de una hora, por fin se llega a la pared del tepuy. Es un lugar bellísimo. Hay una pequeña cascada de 'sifón', en donde el agua sale directamente de la roca. Hay helechos arborescentes, tan grandes que parecen palmeras.


Nos entrenemos mirando hacia arriba. Estamos en la base de la pared y cuando miramos hacia el cielo, unos 400 metros de pared nos impresionan.


Allí empieza la rampa. En su primera parte la vegetación es bastante densa. Se ve una gran variedad de florecitas y de orquídeas y de repente aparece un claro y la vista al valle.


A la mitad de la rampa, se llega a un lugar llamado 'El Mirador'. Como se puede intuir es un claro con una hermosa vista. Con unos binoculares pudimos reconocer todos los lugares del recorrido. Hacia la derecha, imponente se ve el Kukenán. Después de una larga sesión de fotos, seguimos el camino.


Al poco tiempo, después de bajar un poco para bordear una roca inmensa, se puede apreciar la parte final de la rampa, una subida muy fuerte como de un kilómetro de largo, que es lo único que nos separa del tope, después de haber recorrido unos 24 kilómetros.


Apenas se comienza esta subida, está el 'paso de las lágrimas', uno de los lugares más hermosos en los que he estado. Cuando se voltea hacia arriba, se ve la pared, todavía inmensa, de donde van cayendo refrescantes gotas de agua.


Ya estamos cerca, y eso es un gran estímulo, se siente que la montaña lo 'hala' a uno hacia arriba. Se escucha y se siente la emoción de los que van más adelante y que ya han llegado.


Al fin, el tope. Las 'gárgolas' le dan la bienvenida. El paisaje es muy interesante. El suelo es completamente rocoso, con muchos pozuelos de agua con mini jardines de arbustos y flores. No resisto la tentación de ir al borde del precipicio a asomarme hacia abajo e iniciar la sesión de fotos.


Después de una interesante caminata de media hora, llegamos al 'hotel' principal. Es una formación rocosa inmensa que está detrás de otra formación rocosa llama el 'Maverick' (debido al parecido con aquel automóvil). Tiene unos techos debajo de los cuales te puedes refugiar, sin temor a las frecuentes lluvias que hay en el tope del Roraima.


Habíamos cumplido nuestro principal objetivo, la conquista del Roraima. Listos para iniciar la exploración del tope esa misma tarde. La emoción de conocer el tope del Roraima hizo que después de un pequeño descanso iniciáramos la exploración. Para una descripción más completa, recomendamos visitar nuestra página del Roraima en Venezuelatuya.com

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