Pescador en Mucubají
Pescador en Mucuají
La silueta envuelta en niebla del pescador de trucha en la laguna de Mucubají nos transmite sensaciones de quietud, tranquilidad, paciencia, suavidad de formas y la bruma que oculta los colores. Las cumbres andinas lucen inhóspitas pero son profundamente atractivas y misterioso.
En las leyendas que pasan de una a otra generación abundan valores culturales ancestrales que son caros a la gente del páramo. Los Encantos Padres crearon las montañas con agrestes paisajes, y una generación de encantos hijos, a su vez responsables de la existencia de los andes y de las lagunas de estas montañas.
Hoy día, los encantos hijos moran dentro de las rocas de las montañas, pero desde allí cuidan el ambiente del páramo y el agua de las lagunas. Hay encantos especiales como el Toro Carbunco o la Gran Serpiente, que cuidan a las lagunas de los hombres que osan perturbar su quietud.
En el páramo se cree que tirar piedras al agua o gritar al borde de las lagunas despierta el sentido de defensa de la laguna y ésta responde encolerizada. Respetar las lagunas andinas es algo sensato, ya que su agua riega los vegetales que nos alimentan, produce electricidad al mover las turbinas de la planta y nos ayuda a conservar un ambiente limpio y sano en nuestras casas. Esto se sabía desde nuestros orígenes.


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