Historia y Personajes

La Revolución de Coro

Con este nombre se conoce la insurrección armada que se produjo entre octubre de 1874 y febrero de 1875, y que tenía como objetivo fundamental derrocar el gobierno del presidente Antonio Guzmán Blanco. A este movimiento también se le conoce como la Colinada, debido al nombre de uno de sus principales líderes, el caudillo coriano, general León Colina. Junto al alzamiento promovido en 1872 por el general Matías Salazar, representó uno de los principales movimientos revolucionarios ocurridos durante el Septenio guzmancista (1870-1877). Colina su principal protagonista había sido el jefe del Estado Mayor de Guzmán Blanco durante los combates de la Revolución Liberal (conocida también como la Revolución de Abril) de 1870 y desempeñó un importante papel en la campaña librada contra las tropas de Matías Salazar, en cuyo Consejo de Guerra había participado en mayo de 1872. No obstante, a pesar de los servicios prestados a la causa guzmancista poco a poco fue distanciándose de Guzmán Blanco, decidiendo iniciar en 1873 siendo presidente del estado Falcón, un movimiento conspirativo contra el régimen de éste por considerar la autoridad del Ilustre Americano como "atentatoria, tiránica y usurpada". Entre los puntos que se mencionaban en la acta-manifiesto proclamada por la Asamblea Legislativa del estado Falcón, como agravios cometidos por Guzmán Blanco a la dignidad de la República, se destacaban las prisiones del senador neoespartano general Eduardo Ortega y del diputado por Maturín general Santos Carrera, así como las residencias forzosas en el Distrito Federal impuestas por el presidente al senador por Barquisimeto general Fernando Adames y al diputado por Portuguesa general Luis Felipe Oraá. Otra razón para dicho alzamiento, se basaba en la amenaza de Guzmán Blanco de invadir el territorio coriano en el caso de que el general Faustino Pulgar o el general Lope R. Pachano, resultasen electos presidentes del estado. Por último, el retorno a la Constitución de 1864 era la bandera principal de la insurgencia de Colina y sus seguidores.

El documento contentivo de los puntos promulgados por la Asamblea del estado Coro, fue refrendado por el presidente de dicha dependencia, el general Romualdo Falcón, hermano del ex presidente Juan Crisóstomo Falcón, mientras León Colina fue designado comandante en jefe del ejército del estado Falcón. Entre las principales figuras que acompañaron a Colina en su empresa revolucionaria se encontraban los liberales José Gregorio Riera, Fernando Adames, Faustino Pulgar y el conservador Ignacio Galán. Con el objeto de extender la revolución por todo el país, Colina estableció contacto con uno de los más importantes personajes del guzmancismo, el general barinés José Ignacio Pulido, quien meses atrás había desempeñado la Inspectoría General del Ejército. Pulido al igual que Colina se distanció de las nuevas orientaciones políticas de Guzmán Blanco, y se unió al movimiento revolucionario en oriente. Guzmán Blanco al enterarse de la insurrección repitió la famosa expresión de Julio César: "La Revolución tiene en Occidente un Ejército sin general y en Oriente un general sin Ejército"; la frase de Guzmán Blanco pasó a la historia, ya que fue una acertada evaluación de la revolución de 1874. En tal sentido, Colina gozaba de un innegable prestigio pero carecía de talentos estratégicos, mientras que Pulido poseía dichas habilidades pero carecía del carisma del primero y además, operaba en un territorio donde no tenía ningún poder de convocatoria. La insurrección estalló el 20 de octubre de 1874, enseguida Guzmán Blanco despachó para oriente una expedición que tuvo como jefe al general Víctor Rodríguez y a Diego Bautista Urbaneja, como comisionado especial. Al Zulia fue enviado el ministro Jacinto Gutiérrez y el propio Guzmán Blanco se reservó el mando del ejército de occidente que estaba conformado por aproximadamente unos 18.000 hombres bajo las órdenes, entre otros, de los generales Hermenegildo Zavarce, Francisco Linares Alcántara, Joaquín Crespo y Luciano Mendoza.

El 27 de noviembre de 1874, el general Colina se enfrentó a las fuerzas que defendían Barquisimeto tras lo cual se retiró a Coro. Por su parte, el general Pulido y su Estado Mayor fueron hechos prisioneros el 14 de diciembre, en el sitio de El Cacao, cerca de Urica. A pesar de esto serios reveses, remanentes de la revolución permanecieron luchando en oriente, en particular el cuerpo de tropas bajo las órdenes del general Pedro Ducharme, quien fue capturado y fusilado en las inmediaciones de Güiria el 14 de enero de 1875. Finalmente, ante lo reducido de sus fuerzas, Colina decidió pactar la capitulación el 3 de febrero de 1875, con el general Miguel Gil, jefe del Gran Estado Mayor General. Guzmán Blanco fue condescendiente con Colina, ya que pese a haberse alzado en su contra, le permitió salir de país, donde permaneció hasta 1877. Por otra parte, la Revolución de Coro de 1874 no hicieron sino evidenciar la solidez del gobierno guzmancista y el control alcanzado por Guzmán Blanco sobre los caudillos regionales.

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